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El próximo jueves se va a llevar a cabo una jornada de paro activo con movilización para reclamar que el gobierno tome el toro por las astas en la tarea de desescalar la ola de violencia que atraviesa a la ciudad y su región. Convoca la Multisectorial por la Paz que, entre otros, integran el PC y la Conat.

El jueves próximo, la ciudad de Rosario va a estar atravesada por una jornada en la que “la sociedad va a decir basta de violencia”. Es que ese día se va a llevar a cabo un paro general con movilización, que fue convocado por la Multisectorial por la Paz y va a incluir una marcha que se dirigirá hacia Plaza San Martín, frente a la sede local de Gobernación, para exigir que las autoridades santafecinas y el Poder Judicial, actúen para frenar la violencia de bandas delictivas que durante las últimas semanas se plasmó en ataques a escuelas: uno de ellos fue perpetrado en Empalme Graneros y dejó como saldo a una nena herida de bala.

Cabe señalar que la Multisectorial por la Paz, quedó constituida el lunes pasado durante un acto en el que -entre otros- estuvo la secretaria general de Ctera, Sonia Alesso, así como representantes de diferentes espacios sociales, sindicales, ecuménicos, estudiantiles, de Derechos Humanos y políticos que la componen, entre ellos, el Partido Comunista, la Conat, la CTA de los Trabajadores y el Movimiento Sindical Rosarino.

Se trata de espacios que desde hace mucho tiempo sostienen su compromiso en el trabajo comunitario que, tal como señaló la CTA, “ahora nos convocamos ante la gravísima situación que estamos atravesando el relación a la violencia entendiendo que es necesario abordarla con todos los actores de la sociedad”. Y, en este sentido, advirtió que “la escuela es territorio de paz y sola no puede contra todo esto que sucede” por lo que “debemos rodear nuestras escuelas, hospitales y a la ciudadanía en general”.

Entre quienes integran la Multisectorial, está el responsable de la Conat rosarina, Víctor Hugo Castañeda, quien confía en que la jornada del jueves venidero tenga “una amplia movilización popular y ciudadana, que sea lo más contundente posible”. Y, al respecto, recordó que “un paro regional es algo que hace muchos años no se ve por aquí, pero ahora, la situación ha generado las condiciones para que se realice de esta manera a raíz de las balaceras, la inseguridad y la postura que ante esto tiene el Estado provincial”.

Por otra parte, Castañeda hizo hincapié en que la jornada “pretende ser más que un llamado de atención para un gobierno de la provincia, que no ha tomado las medidas necesarias para poder desarticular toda esta seguidilla de acciones que, fundamentalmente, lo que hacen es aterrorizar a las comunidades y a la población”. Y fue claro cuando sostuvo que “este no es un tema con las escuelas ni con la comunidad educativa, es un tema transversal”.

Tras lo que remarcó que desde el Partido Comunista, “no podemos dejar de vincular este fenómeno con las características que tiene nuestra región, donde la centralización y la concentración del capital es extraordinaria con sus puertos, hidrovía y comercio exterior entre otras cosas”, pero que “en la contracara aparece la fragmentación y la pauperización del tejido social”. Y alertó que este es un claro ejemplo de “la naturaleza del capital: por un lado concentración de riqueza y por el otro la violencia, la desarticulación de los territorios y una política de Estado que es no actuar ante todo esto”.

Por lo que, después de insistir en que “esta situación es sumamente preocupante”, indicó que es preciso “que haya respuesta para lo inmediato, pero también medidas de fondo capaces de generar las condiciones para garantizar mejoras sustanciales en las condiciones de vida de todo nuestro pueblo, fundamentalmente en esta región que es extraordinariamente rica”. Y, para eso, se vuelve necesario “poder garantizar el derecho a la educación”.

 

Las crisis y la crisis

 

Es indudable que sería ingenuo desligar el problema de creciente violencia que atraviesa a Rosario de la imbricación que existe entre fuerzas de seguridad, buena parte del establishment político y la clase capitalista que actúa en la región asociada al poder narco. Pero también lo sería intentar interpretarlo fuera del contexto de la actual etapa que atraviesa la crisis del sistema capitalista, que pega muy duro en una ciudad y una región de las características de Rosario. Pero, pese a esto, resulta clave preguntarse qué medidas es viable tomar para enfrentar la coyuntura, esto es, para actuar sobre la urgencia.

Al respecto Castañeda es muy claro cuando señala que dos medidas inmediatas en las que el Estado debería avanzar son “el control civil y político de la fuerza policial y un shock distributivo que permita construir un nuevo horizonte para una juventud a la que el narcomenudeo coopta con facilidad a raíz de la grave situación de carestía y ajuste que se vive”.

Para el dirigente de la Conat se trata de medidas concretas que los gobiernos Nacional y Provincial “deben resolver”. Y añade que “esto es una obligación que tienen, porque gran parte del entramado de estas organizaciones violentas, utiliza a sectores juveniles que fueron expulsados del sistema educativo y productivo, que encuentran en el narcomenudeo espacio para poder construir un desarrollo de sus vidas”.

Por lo que fue contundente cuando recalcó que “es importante disputar la subjetividad y la cultura que se está constituyendo en los barrios a partir de esa idea del progreso con estas características delictivas”, de ahí que resulta primordial “que esos sectores que en una situación económica compleja se ven convocados por el narcotráfico, puedan tener la alternativa de poder avanzar hacia otra forma de vida”.

Y, en tal sentido, remarcó que una medida de posible implementación es la renta universal básica, “algo que debería estar focalizado hacia los sectores juveniles que, hoy por hoy, no encuentran que pueden hacer realidad el derecho al trabajo que les otorga la Constitución Nacional”.

Pero también, puntualizó, “debe haber una lógica sobre cómo abordar el tema de la seguridad pública”, ya que “hoy tenemos un entramado del Estado, por medio de la policía, completamente vinculado al narcotráfico”. Y tras advertir que “para poder cambiar esta situación debe haber un poder político en la institución policial que le brinde un carácter participativo, ciudadano y de poder popular”, dijo que por ello “las comisarías deberían ser dirigidas por personal civil” y que sus titulares “tendrían que ser elegidos por la comunidad por medio de elecciones directas, lo que podría ser un desarticulador de la permanente relación existente entre policía y delito”.

¿Pero es posible que este tipo de alternativas se puedan volcar -a partir de la Multisectorial por la Paz- en un programa común que, al menos, tenga cierto nivel de transversalidad en el próximo Concejo Deliberante? Castaneda es optimista cuando recuerda que, “como PC, venimos proponiendo la necesidad de un reagrupamiento popular a partir de un programa claro que pueda abordar las necesidades de las grandes mayorías” y añade que esa multisectorial “es un ejemplo claro de esta idea”.

Pero también enciende luces de alarma, ya que “por un lado, hay una buena parte de la política que está discutiendo alianzas y candidatos, mientras el movimiento social y el sindical pone el eje central de la discusión en las necesidades del pueblo”.

Por lo que después de resaltar que “la jornada de paro debe ser un llamado contundente para que las medidas políticas, sociales y económicas que se requieren sean lo más expeditas posible”, sostuvo que “es viable que en Rosario se vaya constituyendo una idea que a la descentralización administrativa del municipio, le sume una económica y política que permita que los sectores más postergados, puedan encontrar herramientas de participación política para que sus problemas concretos y reales puedan tener respuesta en los territorios y no a partir de miradas ajenas a la realidad concreta de las comunidades”.