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Mar, May
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Matías Darabos volvía de la Marcha Federal Universitaria cuando, sin mediar motivo, tres policías de la Ciudad lo detuvieron, lo arrojaron al piso, lo esposaron y una vez ahí lo molieron a patadas, antes de llevárselo detenido.

Esta vez no llegaron a asesinar, pero estuvieron a punto de hacerlo y como en tantos casos, como en el de Lucas González, la patota policial de la Ciudad perpetró su delito y quiso encubrirlo. Aquella vez, lo hizo plantando un arma en el auto del pibe que quería jugar en la primera de Barracas Central y ahora plantando droga en la mochila del abogado de la Asociación contra la Violencia Institucional, Matías Darabos, que volvía de la Marcha Federal Universitaria cuando, sin mediar motivo, tres uniformados lo detuvieron, lo arrojaron al piso, lo esposaron y una vez ahí lo molieron a patadas, antes de llevárselo.

“¿Venís de la marcha?” fue la pregunta con la que uno de los agresores abordó en la zona de Retiro a Darabos. Después, todo transcurrió vertiginosamente y en medio de la brutal golpiza, pudo escuchar como uno de los policías sugería: “Che, mirá, yo tengo unas florcitas, ¿se las plantamos?”.

El abogado Darabos consiguió identificar a los tres uniformados, una era “Lara Coria” y el resto respondían a los nombres “Ángel Raúl Cantero y Fabián Alberto Martínez”. Estos individuos se le acercaron y lo rodearon “¿Qué te pasa, borracho de mierda? ¿Te vas a poner a mear ahí?”, escupió uno de ellos y cuando Darabos le señaló que no podía hablarle de esa manera, la respuesta fue “me importa un carajo ¿Venís de la marcha?”. La cosa empeoró cuando el abogado pidió que los policías se identifiquen, ya que pese a que la ley los obliga, andaban sin ningún dato en sus uniformes. Después vino la golpiza.

Cuando el abogado especializado en violencia institucional les advirtió que iba a iniciar un sumario y a hacer una denuncia en Desempeño, que es como se conoce a la oficina que investiga los comportamientos internos de la Policía de la Ciudad, le plantaron la droga con lo que le iniciaron una causa por resistencia a la autoridad y tenencia de estupefacientes. 

Los atacantes continúan sueltos, vistiendo uniformes de una fuerza que debería brindar seguridad ciudadana y, seguramente, andan cebados para volver a perpetrar otro delito, similar o peor, porque la constatación empírica les señala que tienen muchas posibilidades que quedar impunes.

De acuerdo al informe anual del Ministerio Público de la Defensa de Ciudad de Buenos Aires, durante 2023, se registraron 1633 casos de violencia institucional en esta jurisdicción, lo que constituye un leve aumento de casos con respecto a las cifras recabadas en 2022. La mayoría de los casos incluyeron violencia física y se concentran en la Comuna 1 que incluye Retiro, pero también en los barrios del sur de la ciudad.

Por otra parte, el informe advierte que para perpetrar este tipo de actos, aparece una constante que es la utilización de la figura de resistencia a la autoridad, con lo que se suele encubrir detenciones arbitrarias, como en el caso que padeció el abogado Darabos.

Cabe citar que el informe caracteriza a la violencia institucional como aquella en la que “los agentes del Estado, a través de sus prácticas, vulneran los derechos fundamentales de las personas” y puntualiza que “en su enorme mayoría, los hechos fueron cometidos por la Policía de la Ciudad en el marco de detenciones penales en flagrancia”, aunque también hubo algunos casos perpetrados por fuerzas nacionales que actúan en algunos barrios. El 78 por ciento de los casos registrados presentan violencia física, mientras que en el 22 por ciento hubo violencia psicológica que, en varios, se complementó con la violencia física.