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Sáb, Abr
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Política
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María Eugenia Vidal se presentó en el canal de Mauricio Macri para explicar que sus funcionarios y los servicios que aparecen en el video, son en realidad una especie de Liga de Justicieros que estaban socorriendo a “empresarios que tenían miedo” del Pata Medina. Ni una historia de Marvel Comics lo hubiera hecho mejor.

“Esto es escandaloso y grave para el sentido común, más allá de las especulaciones políticas que uno pueda poner cuando habla”, dijo la diputada nacional por Juntos por el Cambio, Margarita Stolbizer, al referirse a lo que se ve en el video en el que aparecen dos ministros de María Eugenia Vidal, Julio Garro, el senador Juan Pablo Allan, tres altos cargos de la AFI y empresarios de la construcción que, entre otras cosas, exponen y planifican maniobras para armar causas destinadas a destruir al sindicalismo ¿Pero será que alcanza con lo de “escandaloso” para calificar a este hecho?

No queda claro si los videos aparecieron porque alguien los puso ahí como parte de algún pase de factura, pero lo cierto es que, para que se llegue  a ver, tiene que haber mucha mugre debajo de la alfombra. Y que, ante la aparición de una prueba tan elocuente de algo que ya se sabía, el multiverso macrista reacciona intentando minimizar los daños, más que nada, los que se puedan producir en las relaciones que existen hacia adentro de sus propias fronteras.

Por eso la cuestión es negar todo para minimizar el impacto, gambetear las responsabilidades penales que puedan surgir del caso (al menos hasta que la providencia lo lleve a Comodoro Py), esperar que la cosa se diluya y construir una versión lo suficientemente banal como para que encaje dentro del imaginario del sujeto social que, habitualmente, elije comprar el relato que construye el bloque de poder que tiene su representación política en el macrismo.

Libre de repreguntas, Vidal cumplió con su parte del guión y sin inmutarse sostuvo que “no hubo ni mesa judicial ni causas armadas” y que aquello que se ve en el video es “una reunión de trabajo” de cuya existencia se enteró recién ahora y “por los medios” y que la presencia de sus ministros ahí respondía a que su gestión acompañaba a empresarios que hacían denuncias “porque tenían miedo”.

Y como para alimentar sesgo de confirmación de su público y más allá de lo que evidencia el video, poco antes de la aparición pública de Vidal en el living de LN+, el PRO emitió una declaración que constituye un instructivo tendiente a orientar lo que deben pensar sus seguidores.

Ahí se asegura que el problema no es lo que aparece en el video, sino que “hemos presenciado otra operación judicial del Frente de Todos con el fin de deslegitimar la lucha contra las mafias que impulsó el gobierno de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires”. Tras lo que se advierte que “los mafiosos no pueden convertirse en víctimas”.

Esto de que el PRO hable de luchas contra las mafias está bastante flojo de papeles y, más todavía, cuando se refiere a un universo en el que cada vez arrojó el espinel, lo hizo en las aguas donde se mueve lo peor de la burocracia sindical-empresarial.

La figura del sindicalista homologado al mafioso, es algo que reditúa mucho entre la base de sustentación del multiverso macrista donde el individualismo es mérito y la construcción colectiva sólo se reduce a la suma de voluntades mezquinas que nutren a la masa de maniobra puesta al servicio de la clase capitalista.

 

Alineados hacia la derecha

 

El capitalismo es un sistema político y económico, pero por encima de todo es una forma de relación social, puesta al servicio de una reducida cantidad de individuos que integran la clase capitalista, que es la única que se beneficia con este modelo económico, ideológico y político. Pero para poder lograrlo, precisa tener una buena base donde apoyarse.

Por eso es que el metamensaje que se intenta imponer con las declaraciones que provienen desde el multiverso macrista, y que se reafirman con la intervención que tuvo ayer Vidal, habla de un enemigo peligroso y cercano individualizado en “los sindicalistas”, que arteramente atacan a “los empresarios que tenía miedo”.

Y por medio de esta alquimia, la culpa de todos los males -reales e imaginarios- se carga no en la mochila del Pata Medina, sino en la de la organización sindical como espacio desde el que se puede resistir y luchar colectivamente.

Desde ese relato, la dicotomía no se presenta entre el interés de maximizar su tasa de rentabilidad por parte de la clase capitalista, que se opone a otro tan sencillo como el derecho de más de la mitad de los argentinos a tener una vida más o menos digna.

Lejos de eso y como en una historia de Marvel Comics, la cosa pasaría entre malos versus justicieros y, dicho así, todos compramos ¿Pero en qué se basa el principio de justicia que guía a estos justicieros? ¿Qué era lo que preocupaba a estos empresarios que tenían miedo? ¿Estarían preocupados por el espacio que una burocracia-empresarial que hasta entonces habían tenido como aliada, iba cobrando en el esquema de negocios de la construcción y la obra pública que tiene en el Estado a una teta que provee eternamente de leche? ¿Explica esto la presencia de Villegas y Garro en el encuentro?

Lo que muestra el video, es una exhibición impúdica y acabada de cómo se plasma en la cotidianeidad el carácter simbiótico existente entre el Estado Liberal Burgués (ELB) y el poder corporativo empresarial. Y de qué forma se instrumenta por medio de las herramientas clave que el ELB posee, esto es el Poder Judicial con sus códigos Civil y Penal, y el poder punitivo y represivo.

En la reunión estaban todos representados: el ejecutivo del ELB por medio de un ministro, un legislador y un senador, el instrumento represivo a través de agentes de la AFI, pero también el órgano judicial del Poder, al que se menciona cuando se explica que todo cuenta con la venia del procurador Julio Conte Grand. Como se ve, dos más dos son cuatro y las brujas no existen, pero que las hay….las hay.

Asimismo, todo esto reafirma que en un contexto de mercado poco competitivo y sin demasiadas presiones, el universo del capital se puede permitir adoptar conductas que no sean criminógenas, pero esto no pasa cuando la maximización de la tasa de beneficios se ve amenazada por condiciones del mercado o por la irrupción de un actor que desde la burocracia-empresarial, pretende competir en ese terreno más allá de los límites acordados.

Porque -hay que recordarlo- por definición la empresa es una maquinaria externalizadora de costes que, fiel a la lógica capitalista, socializa las pérdidas y privatiza los beneficios, para lo que cuenta con todo el cuerpo de instrumentos que le provee el ELB. Es que esa lógica indica que la producción de bienes es social porque la realiza la sociedad, es decir los trabajadores, pero la toma de ganancias siempre va a ser privada.

De ahí que lo que se ve en el video expresa, no sólo el interés de los actores presentes en la reunión por sacar la cancha al Pata Medina, sino la de destruir al sindicalismo como espacio donde se asocia la clase trabajadora para resistir y luchar. Porque, después de todo, de esto va el universo sindical, más allá de los Pata Medina y la burocracia que suele aliarse a los empresarios en detrimento de los intereses de los trabajadores.

Y esto es lo que revela el verdadero sentido criminógeno de ese encuentro, porque destruir al sindicalismo es clave para el “cambio cultural” pregonado por el bloque de poder que representa políticamente el multiverso macrista: la eliminación conceptual y práctica del proletariado para reemplazarlo por el precariado y el emprendedurismo como formas de relación entre los universos del trabajo y el capital. Esto es el viejo sueño de abolir la lucha de clases.

Entonces, todo este rollo del video y sus posteriores explicaciones, lejos está de constituir un escándalo y, más bien, se trata de un crimen que difícilmente acabe siendo condenado por el órgano de Poder Judicial del ELB.

Pero por otra parte, sirve para galvanizar valores (cuestionables, pero valores al fin), que construyen el imaginario, la cosmovisión y la mitología de un segmento voluminoso de la sociedad, que desde el individualismo y la autocomplacencia, elige creer irreflexivamente que la culpa de todos sus males la tienen estos super-villanos que construye la massmedia y no cosas más concretas como que el Gobierno al que ellos votaron (¡y volverían votar!) nos engrampó a todos los argentinos con una deuda impagable y que lo hizo exclusivamente para beneficio de unos pocos integrantes y amigotes de la runfla macrista.

Otra vez, nada como un relato propio de una historieta de Marvel Comics para dejar tranquilas a las conciencias de un sujeto social entre el que crece la autocomplacencia, pero también una cosmovisión que se acerca peligrosamente a un camino protofascista.