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07
Mar, May
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Política
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Con esta frase, Iris Pereyra de Avellaneda definió cuáles son los desafíos de la hora. Lo hizo tras participar en el acto de señalización de la comisaría de Villa Martelli que es donde fue llevada junto a su hijo Floreal, tras ser secuestrados durante la madrugada del 15 de abril de 1976.

“Se trató de un acto necesario, hace muchos años que estamos peleando por esto”, señaló Iris Pereyra de Avellaneda, al participar del acto de señalización de la comisaría de Villa Martelli que es donde fue llevada junto a su hijo Floreal, después de que los secuestraron durante la madrugada del 15 de abril de 1976.

“En la comisaría de Villa Martelli estuvimos secuestrados con El Negrito, pero ahora la Secretaría de Derechos Humanos ha investigado y descubrió que hubo por lo menos dos casos más de secuestros en esa comisaría y esto es algo que estaba medio tapado todos estos años”, dijo la presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos.

En este sentido sostuvo que “hace años que estoy peleándola para que se señalicen todos los centros clandestinos de detención” y añadió que en el contexto de esa lucha “pido que se señalice también el edificio de la Municipalidad de Vicente López, porque ahí en la época de la represión de 1976 en adelante, funcionó un centro de operativos tácticos que es donde los represores hacían y desahacían”.

Y recordó que “la prueba que tengo es que cuando salgo en libertad, en 1978, me mandan un anónimo donde me dicen ‘señora Avellaneda, si usted quiere saber quién mató a su hijo, vaya al centro de operativos tácticos en la municipalidad de Vicente López, ahí trabaja un militar de apellido González’”, pero lamentó, “eso me lo mandan apenas dejaba de estar presa, en un momento terrible en el que no podíamos movernos ni hacer ninguna investigación”.

Pero “cuando comenzamos a investigar cuántos centros clandestinos había en la zona, aparecen centros que al principio no teníamos”, por lo que “hay que seguir investigando y esto incluye a esto del centro de operativos tácticos de la municipalidad de Vicente López”.

En abril de 1976, la comisaría de Villa Martelli estaba a cargo del comisario Alberto Anetto, que fue uno de los integrantes de la patota que irrumpió en la casa de la familia Avellaneda durante la madrugada del 15 de abril de 1976. En esa dependencia policial Iris Pereyra y El Negrito fueron brutalmente torturados, antes de trasladarlos a El Campito, el centro clandestino de detención que funcionaba dentro de la guarnición militar Campo de Mayo. Por estos delitos de lesa humanidad, Anetto fue condenado junto a los generales Fernando Verplaetsen y Jorge Osvaldo García, y a los capitanes César Fragni y Raúl Harsich.

La señalización de este tipo de lugares siempre tiene un carácter pedagógico y esclarecedor, pero a la luz de algunas cosas que vienen sucediendo se vuelven cada vez más necesarios. Después de que la semana pasada, la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, organizara un acto negacionista del genocidio y reivindicativo de la última dictadura, Patricia Bullrich prometió dar una “salida justa” al trato “inequitativo y en ocasiones inhumano” que desde su particular punto de vista, estarían recibiendo “muchos oficiales y suboficiales retirados”.

De esta manera, quien fuera ministra de Seguridad de Mauricio Macri, sale a disputar el voto militar-policial que según varios relevamientos, en las Paso se pronunció mayoritariamente a favor de La Libertad Avanza. El Operativo Seducción basado en promesas de impunidad, apunta a reconstruir el Partido Militar, como una herramienta fundamental para constituir un aparato represivo que sea capaz de resguardar la aplicación de un programa en el que, como reconoció el propio Domingo Cavallo, “en economía rumbean parecidos” (Ver Un programa, dos demonios).

“Es una vergüenza lo que hacen, si nuestros representantes del pueblo hacen eso, es jugar con la gente, es una barbaridad homenajear a esa miliqueada”, advirtió Iris Pereyra y sostuvo que los genocidas condenados por haber perpetrado crímenes de lesa humanidad, “están deseosos de que gane Milei o Bullrich para volver a salir a la calle”. Pero, resaltó, “todo depende de nosotros que eso no suceda, porque debemos esclarecer a la gente sobre quiénes son y señalar que si ganan vamos a volver a ver lo que pasó con Macri y antes con la dictadura”.

Y aunque reconoció que “todo esto nos preocupa mucho”, celebró la movilización que salió al cruce de la convocatoria que hizo Villarruel. “Fue importante, fuimos a defender a nuestros queridos compañeros los desaparecidos”, indicó la presidenta de la Liga y fue clara al puntualizar que “de aquí a las elecciones, debemos salir a la calle para defender a la democracia contra los que reivindican a la dictadura y a los genocidas: no vamos a votar ni a Milei ni a la Bullrich, porque tenemos que trazar una línea que diga no pasarán y esclarecer estando en la calle, especialmente a los pibes, porque no queremos volver a ser una colonia”.