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Dom, Abr
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Política
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El embajador Marc Stanley visitó Bahía Blanca, uno de los portaaviones más grandes del planeta navega hacia nuestro país y la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina disciplina al gobierno y sus aliados.

El Partido Comunista Bahía Blanca hizo público su repudio a la presencia del embajador estadounidense, Marc Stanley, en esa ciudad donde en visita oficial fue recibido por el intendente Federico Susbielles, quien agradeció la entrega de donaciones por cincuenta mil dólares que la delegación diplomática a su cargo, realizó en materiales para la reconstrucción de edificios escolares que fueron dañados por el reciente temporal que devastó la zona.

“Stanley es un representante del imperialismo norteamericano y está en nuestra ciudad monitoreando el desarrollo del plan de sumisión al imperio, que es el mismo que asesina niños en Gaza y en América Latina”, sostuvo el PC bahiense y denunció que “descaradamente trae una ‘ayuda’ para reconstruir una escuela del barrio noroeste, pero es el representante del Plan Cóndor en el Cono Sur de nuestro continente, un plan que trajo muchos dolor a nuestro país, con 30000 desaparecidos y asesinados”.

La visita tuvo lugar el viernes pasado y en este contexto, tras la conferencia de prensa que compartió con el jefe comunal en el Palacio Municipal, el embajador se reunió con autoridades del Consorcio del Puerto y recorrió las instalaciones que en el Polo Petroquímico de esta ciudad, posee la multinacional estadounidense DOW Chemical.

Queda claro que Stanley es especialista en relaciones públicas, un importante lobysta y también un actor clave a la hora de hacer sentir la injerencia que EE.UU. tiene en nuestro país. Y más allá de la visita que hizo a Bahía Blanca y de la que, casi en simultáneo, hacía la titular del Comando Sur de Estados Unidos a Uruguay, donde Laura Richardson se reunió el martes pasado con el ministro de Defensa, Javier García, está claro que Washington viene reforzando aceleradamente sus posiciones en nuestra región.

Y, si para muestra alcanza con un botón, ahí está el gesto que acaba de tener el gobierno que preside Joseph Biden, que confirmó el arribo del portaaviones USS George Washington a aguas argentinas, en lo que se puede leer como una explícita muestra de apoyo al gobierno que encabeza Javier Milei.

La noticia se hizo pública después de una reunión que sostuvo el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el major general Scott A. Jackson, quien es jefe de Estado Mayor del Comando Sur de EE.UU. Así, este imponente buque de guerra de propulsión nuclear, que es uno de los portaaviones más grandes que navegan por las aguas del planeta, se espera que llegue a Argentina en mayo.

Y, hay que insistir en esto: se trata de un gesto abierto, con el que EE.UU. busca reforzar su potestad sobre el actual gobierno que tiene nuestro país, algo que por estos días también se ve reflejado en el anuncio de traslado de la embajada Argentina a Jerusalem, hecho por Milei durante su visita oficial a Israel.

Aunque todavía no se anunció si el USS George Washington va a participar en algún ejercicio conjunto con la Armada Nacional, se dejó trascender que “por el momento no se descarta” que algo así pueda pasar. Y, desde el Ministerio de Defensa, se señaló que “el objetivo principal de esta muestra de apoyo sigue siendo garantizar la seguridad regional y fortalecer los lazos bilaterales”.

En este marco atravesado por la profundización de una clara injerencia estadounidense en el gobierno argentino, ayer la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), dio a conocer un comunicado en el que lisa y llanamente demanda que el arco político que va de la centroderecha hacia la ultraderecha, se alinee y evite exhibir fisuras como los que mostró el martes pasado en la Cámara de Diputados con el tratamiento del proyecto de Ley Ómnibus.

Y en un contundente gesto de disciplinamiento, AmCham recalcó que es preciso que ese bloque deje de lado las internas. “Las disputas partidistas y los intereses individuales desvían la atención de las verdaderas necesidades de la sociedad argentina”, alertó y añadió que por eso el gobierno y sus aliados deben dejar “de lado las diferenciasmideológicas para buscar soluciones concretas y sostenibles”. A buen entendedor, pocas palabras.