Sidebar

[Offcanvas] Navegación superior

27
Sáb, Abr
89 New Articles

Política
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

En territorio jujeño la represión no cesa, mientras Juntos por el Cambio cierra filas para defender a Gerardo Morales y sus métodos. Hoy sigue la jornada de movilización. En Buenos Aires la marcha se dirige hacia la Casa de la Provincia de Jujuy.

La de ayer fue una jornada en la que volvió a quedar claro que halcones y palomas son lo mismo, para un bloque de representación política que pretende llevar al Gobierno Nacional a una facción que representa a lo peor de la clase capitalista que actúa en el país. Y que, para cumplir con su agenda (Ver Una represión con olor a litio), está dispuesto a correr todos los límites, incluidos los que postula la formalidad liberal burguesa.

Durante la madrugada, en el último día de un fin de semana extendido por dos feriados, el gobernador Gerardo Morales hizo jurar el cuestionado texto constitucional. Pocas horas antes, en un mensaje televisado, había dicho que resignaba dos artículos que poco antes habían sido votados, en un intento por romper el frente que se estableció -en la lucha-, entre las comunidades originarias y los trabajadores sindicalizados estatales. De este modo, pretendió poner bajo un paraguas a parte del articulado, pero dejando intacto el inherente a la represión de la protesta social.

En este puto, vale señalar que una parte del articulado tiene como destino ser judicializado, porque a todas las luces colisiona con derechos que están garantizados por la Constitución Nacional. Y todo parece indicar que, durante las próximas semanas, va a comenzar el largo recorrido que lo acabe llevando a la Corte Suprema de la Nación.

Pero también es prudente recordar que junto a una parte del articulado, lo que se pone en tela de juicio es el procedimiento que dio a luz a la convocatoria a la elección de los constituyentes y la jura del nuevo texto que sólo contó con la presencia de cuarenta de los 48 convencionales que debían estar ahí. Y, en este punto, al cuestionamiento jurídico se le suma otro que es netamente político, porque salvo dos convencionales que no estuvieron en la votación ni en la jura, el resto del Partido Justicialista provincial se alineó con los criterios de Morales respecto a la nueva Constitución.

“En todas casas cuecen habas y en la mía a calderadas”, dice Cervantes en El Quijote con una frase que resume el momento que atraviesa el PJ y que quizás explique por qué sus principales dirigentes prefirieron usar redes sociales para hacer oír sus voces respecto a lo que pasa en Jujuy, en lugar de llevar la cuestión al debate del Congreso.

Pero lo cierto es que, al cierre de esta edición y en un contexto que es absolutamente dinámico, se registran al menos veintidós bloqueos de ruta, fundamentalmente, en la zona norte de la provincia y de acuerdo a la información oficial, serían no menos de 35 los detenidos que fueron trasladados al penal de Alto Comedero, mientras que la cantidad de personas heridas ascendería a setenta, entre ellos, Dante Mamani, que es a quien las cámaras de televisión captaron casi en el mismo instante en que fue alcanzado por un proyectil policial que impactó en su cabeza por lo que debió ser hospitalizado con un pronóstico reservado.

La brutal represión policial se extendió durante más de seis horas ininterrumpidas y si bien tuvo su epicentro en la periferia de la Legislatura, también se extendió a barrios de San Salvador y otras localidades que fueron prácticamente copados por el aparato montado por el gobierno provincial que incluyó a policías, cadetes de la escuela policial y guardiacárceles, así como agentes de civil que se infiltraron entre los manifestantes, tal como quedó registrado por varias escenas que reflejó la cobertura televisiva. Desde las organizaciones sociales y sindicales movilizadas, se advierte que fueron estos individuos quienes perpetraron destrozos en comercios de la zona y en el mismo edificio legislativo.

 

Rocambolesco pero trágico

 

Con este telón de fondo, la CTA y Ctera decidieron adelantar para hoy miércoles la movilización hacia la Casa de la Provincia de Jujuy en Buenos Aires que, en principio, estaba programada para mañana jueves en el marco del paro nacional convocado por Ctera. Y, a propósito, en Jujuy, este paro con movilización comenzó hoy e incluye al resto de los trabajadores estatales nucleados en la Intersindical a los que se sumaron los gremios enrolados en la CGT Regional que, hasta pocas horas antes, adhería al reclamo pero no al paro.

La Intersindical demanda que cese inmediatamente la represión, que se haga público el listado de quienes fueron detenidos y el estado de salud de los que debieron ser hospitalizados, al tiempo que recalca que “es responsabilidad del Estado tener garantizados los derechos democráticos y civiles de esas personas, y el derecho de saber dónde están y cómo están”. Y, en esta dirección, hace hincapié en exigir “basta de violencia institucional, arriba los salarios y abajo la reforma”.

¿Pero cuál fue la respuesta de Morales y Juntos por el Cambio? Para que sea radicalmente conspiranoico, al argumento sólo le faltó incluir que la responsabilidad de lo que pasa en Jujuy, la tiene una invasión alienígena. El factor común de todos los argumentos es que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, volvieron a hablarse después de varios meses para ver como podían joderle la vida a Morales.

En este sentido, las derivadas son de por sí originales. “Lo hicieron para ocultar lo del Chaco”, es una de las principales explicaciones con la que los trolls vestidos de amarillo inundaron redes sociales durante todo el día. Por su parte, el diputado Luis Espert volvió a su leitmotiv predilecto e insistió con lo de “cárcel o bala”, Patricia Bullrich aprovechó para cargar contra Milagro Sala y Horacio Rodríguez Larreta sostuvo que existe algo así como una sociedad secreta integrada por “dirigentes del kirchnerismo, junto con dirigentes de izquierda” que “están metidos e incentivando” el conflicto.

Pero el premio mayor se lo lleva Miguel Ángel Pichetto. “En Jujuy hay actividad insurreccional con presencia de infiltrados bolivianos que responden a Evo Morales y piqueteros de izquierda de todo el país. El gobierno nacional totalmente ausente. Argentina hacia el abismo”, aseveró en su cuenta oficial de Twitter.

Todo esto es apenas una parte de las barbaridades que desde Juntos por el Cambio se dijeron durante la jornada de ayer y que serían hasta ridículamente divertidas si en el medio no hubiera tanto sufrimiento propinado contra trabajadores que, si salen a protestar, es porque desde hace muchos años la vienen pasando muy mal. Y por eso están hartos.

Es que la provincia de Jujuy atraviesa un momento clave, entre otras cosas, a partir de la redefinición que se viene desarrollando en su matriz productiva y en esto juega un papel central la explotación del litio. Pero esta matriz productiva es tan o más excluyente que la anterior y esto es lo que viene a garantizar el nuevo texto constitucional (Ver Una represión con olor a litio).

Todo el conflicto que llevó a la creciente protesta en las calles y que ahora mismo el gobierno provincial no parece poder (ni querer) desescalar, comenzó con una demanda que persiste porque todavía no fue satisfecha, que es la de los trabajadores de la educación que quieren percibir salarios que les permitan vivir con dignidad.

Y esto porque en la provincia que la massmedia dominante pretende exhibir como la panacea de una suerte de desarrollo y modernidad alejada de los “feudos” vecinos, cada mes el gobernador se lleva por planilla 1.800.000 pesos, los diputados que votaron la reforma constitucional perciben 1.500.000 pesos, pero un docente tiene un básico de 35 mil pesos ¿Será entonces que detrás de todo esto hay una oscura confabulación kirchnerista-albertista-izquierdista-alienígeno-boliviana? ¿O acaso será que la explicación es más fácil? Quizás reste esperar que, ahora mismo, la política liberal burguesa encuentre una salida a esta coyuntura para evitar que más trabajadores sean apaleados, aunque esto parezca una quimera y más aún en un año de Presidenciales en las que lo de “bala o cárcel”, se presenta como un enunciado meritorio para buena parte de los argentinos.