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Tras la victoria de Joe Biden  en las elecciones para presidente de los Estados Unidos, el analista internacional y miembro del Secretariado Nacional de la FJC, Mariano Del Popolo habló de las agitadas y polarizadas elecciones en el país del norte. 

 

El candidato demócrata Joe Biden logró 290 de los 270 electores necesarios para llegar a la presidencia del país, en una elección  que volvió a desnudar la ilusa democracia norteamericana. 

 

Mientras el mundo saluda a Biden tras convertirse en el nuevo presidente electo de los Estados Unidos, el presidente saliente, Donald Trump, se rehúsa a reconocer su derrota y, cada vez más solo, insiste en sus denuncias vía redes sociales acerca de un supuesto fraude cometido en los comicios celebrados el martes pasado. 

 

Aunque líderes de todo el mundo saludaron ayer a Biden por la elección, Trump insistió en sus redes en desconocer el resultado y en mayúsculas escribió: "Gané estas elecciones, y por mucho". 

 

A medida que los referentes de su propio partido comienzan a despegarse de él y a reclamarle que presente pruebas acerca del supuesto fraude y no solo denuncias mediáticas, Trump, cada vez más solo, sigue con su ataque.

 

A pesar de su larga diatriba lo cierto es que el Colegio Electoral debe reunirse el 14 de diciembre para que los electores de cada estado emitan sus votos, que serán contabilizados en una sesión de las dos cámaras del Congreso el 6 de enero. El encargado de anunciar al presidente será el vicepresidente, Mike Pence, en su calidad de presidente del Senado y el mandato arrancará formalmente el 20 de enero. 

 

-¿Que han significado estas elecciones tomando en cuenta el contexto Covid y la crisis económica que generó, y en  el marco de las masivas protestas contra el racismo estructural y los grupos de supremacistas blancos armados? 

 

Estas elecciones se dieron en un marco que tiene muchas variables. El Covid que trajo varias consecuencias, que llevó de una crisis económica donde Estado Unidos pasó de tener la menor tasa de desempleo de los últimos 20 años, a la mayor tasa de desempleo de los últimos 80 año,s similar a la de la crisis de 1930. 

 

Por otro lado, la saturación del sistema de  salud y todos los conflictos en torno al Covid y a cómo enfrentar la pandemia, con un Partido Republicano  que tuvo la postura de "vivamos con este virus y sigamos trabajando", mientras que el Partido Demócrata tuvo otra mesura  de cuidado de la salud, y eso influyó en las elecciones al igual que el mal manejo que hizo Donald Trump desde un principio y que se vio al tratar de frenar el conteo de los votos. 

 

Otro de los factores que caracterizaron las elecciones fueron  las protestas  en contra del racismo estructural y la contracara de eso,  un auge de los grupos armados de supremacistas blancos de extrema derecha muy apoyados por Trump  y una retórica del  Partido Republicano corrido a la extrema derecha. 

 

-¿El contexto generó voto castigo a Trump y que Biden haya sido el presidente más votado de la historia de los Estados Unidos? 

 

-Si bien es verdad que hubo voto castigo contra Trump por la pandemia, la crisis económica y el mal manejo de la salud, Biden logró conformar una coalición anti Trump muy efectiva, que movilizó sectores juveniles  afroamericanos y algunos latinos. Igualmente, este record histórico es mucho más producto de la polarización y de la politización que vive la sociedad estadounidense que por una candidatura que entusiasmara como la de Biden. Por otro lado, hubo una gran campaña para hacer que la gente vote y tuvo como consecuencia que  más gente haya participado de la elección sobre todo por los grados de politización que tomaron los conflictos que se arrastraban. 

 

Sin embargo, no hay que dejar de observar que Trump hizo una elección muy buena con respecto a lo que marcaban las encuestas.  En los últimos estados donde se estaban contando votos, ninguno de  los márgenes  por los que ganó Biden  supera el 2 por ciento de diferencia. En términos de voto popular, fueron casi un total de 170 millones de personas que participaron, se definió por una diferencia de cinco millones, por lo que nos mostró un escenario muy polarizado. Además, contó con el apoyo de lo que Trump llamaba “mayoría silenciosa”, que es la gente del interior, de los sectores agrarios  que se movilizaron masivamente a votar, y en eso se explica un poco la cantidad de votos que tuvo Trump. 

 

-El mapa electoral marcaba una fuerte tendencia demócrata en lo que son los estados de las costas del este y del oeste, mientras que en el centro del país la mayoría de los votos fueron para Trump. ¿A qué se debe esto? 

 

El mapa muestra un país muy fragmentado. Es cada vez más difícil considerarlo un solo país, sino como dos países o varios países. El país de las costas, mayoritariamente liberal y progresista, con una visón cosmopolita de un Estados Unidos potencia. 

 

Por otro lado, hay un EEUU centralizado, que se vio perjudicado por la deslocalización industrial y también por  las políticas de libre comercio  que aplicaron tanto republicanos como demócratas, incluso el sector  agrario que fue beneficiado por las políticas de Trump con subsidios millonarios en su guerra contra China. Siendo así una zona cada vez más conservadora. 

 

-¿Esto también podemos verlo en que la mayoría de los gobernadores fueron reelegidos? 

 

-Hay estados donde justamente las mayorías son claras y se puede observar en que la mayoría de los gobernadores fueron reelectos o asimismo sus partidos. Si bien hubo cambios en algunas regiones, se puede ver en el mapa que  la antigua zona del norte industrial de EEUU y el sur profundo, esclavista y ultraconservador están cada vez más en  disputa. Estados como Alabama que tenía un senador demócrata pasó a tener un senador Republicano, Georgia del sur que siempre fue Republicano y ahora por poco ganó Biden. Arizona, un estado rural que siempre fue Republicano, ahora es Demócrata. Son cambios que se ven con este proceso de polarización que vive el país, donde las grandes ciudades suelen ser demócratas y los condados  rurales tienden a votar republicanos. Son 40 estados que no cambian y 10 en disputa. Si bien en los estados más republicanos hay una  disidencia, y se ven grandes simbolizaciones en contra del racismo, pero no han logrado construir una alternativa  política para lograr representantes en los congresos locales o estatales. 

 

-En cuanto a los conflictos raciales, hay gente que dentro de esta elección ha apoyado mucho más la figura de Kamala Harris como vicepresidenta que la de Biden ¿Qué análisis haces? 

 

-Hay un sector marcado que votó la formula  Biden-Harris porque la de Trump era peor, aunque seguro hay algún sector al que le convencían las propuestas. Aquí podemos encontrarnos con un sector blanco, liberales  universitarios, algunos afroamericanos más moderados. Kamala Harris en alguna medida lo que hace es intentar un gesto hacia ese sector no tan convencido, ya que se conformó una coalición multirracial, pero aun así, si no estaba en la fórmula igual hubiera ganado Biden, porque se hizo una candidatura anti Trump. Con o sin ella, los Demócratas hubieran ganado por el nivel de polarización. 

 

-¿En que puede llegar a cambiar la política económica norteamericana con la llegada de Biden? 

 

No vamos a ver un Joe Biden  liberizador como algunos esperan, porque EEUU está en una situación económica muy debilitada en términos internacionales y en términos internos Biden necesita recuperar los votos  rurales de Trump, por eso veremos un Biden proteccionista en ese plano. 

 

-Biden, siendo un candidato de la derecha del Partido Demócrata no está ni cerca de representar la agitación política que explotó en los últimos meses aunque ahora se muestre más moderado, por ejemplo con el sistema de salud público, además del racismo que es persistente. ¿El lado demócrata más radical tirado a la izquierda, va a tomar la postura de dejémoslo gobernar o van a tratar de marcarle la agenda? 

 

Respecto al Partido Demócrata, esta elección nos mostró la consolidación  en la cámara baja del congreso de un grupo de congresistas del PD con un perfil más de izquierda contrario a lo que representa Biden dentro de ese partido que es el establishment. Todas las congresistas del espacio fueron reelegidas sino que se amplió porque entró Cori Bush que es una representante del Black Lives Matter. Vemos este sector que se refuerza contrario a las posiciones conservadoras y que lucha por una agenda que tiene como consignas principales  la salud pública para todos, el Green New Deal, y un sistema educativo que sea más justo donde se  cancelen las deudas estudiantiles. Biden va a construir una gestión que represente ciertos equilibrios del partido, sin embargo es probable que la posiciones fundamentales dentro del PD las gane el establishment, lo que es probable que en el corto plazo  va traer algunas diferencias públicas dentro del  PD, desde estos sectores más de izquierda que van en aumento y son más representativos. Esto significa también que las protestas contra el racismo probablemente sigan contra el gobierno de Biden, no es  que se van a terminar con Turmp, sino que es un problema que excede a quien gobierna. 

 

-¿Que le deja a la política estadounidense la figura de Bernie Sanders? 

 

Lo  que representa Berni Sanders o Alexandria Ocasio Cortez, es la irrupción de un actor de la política de EEUU que quiere transformar las bases de ese país, alguno de forma más radical, otros de menos, pero con consensos importantes  respecto a su programa político, y que expresan descontento con  la política tradicional y el bipartidismo estadounidense  aunque ven limitaciones  para construir una alternativa por fuera del bipartidismo, aunque son muy críticos del mismo y del PD aunque lo integren . No hay que descartar que este sector político confluya o emerja en un tercer partido por  fuera del PD si es que este sigue comportándose como una casta de blancos y ricos que tienen secuestrada la dirección nacional de ese partido, por lo cual es un actor político interesante  para tener en cuenta y presente, y para seguir respecto  a cómo eso puede transformar la política en Estados Unidos 

 

-En lo caóticas que fueron las elecciones, volvió a tener como protagonista al sistema electoral estadunidense. Por lo menos parte de la sociedad no está conforme con el mismo. ¿Será tema de discusión en el futuro? 

 

El cuestionamiento al sistema electoral es más que evidente, el tema es que esta vez el PD se vio favorecido  mientras que en 2016 se vio perjudicado por el Colegio Electoral, entonces reclamaban voto popular y que el CE no sirve. Ahora, que  el  PD se vio beneficiado por los Colegios Electorales, no están diciendo nada al respecto. Están definiendo el sistema de voto ausente y por Correo donde ahora se ve favorecido. Por el lado de Trump, en cuatro años de gobierno  nunca cuestionó a nivel federal el sistema, y ahora que se vio perjudicado lo hace adjudicándolo al voto ausente y por correo,  algo que solo sucede en Estados Unidos. 

 

Es muy probable que los Demócratas que ganaron por el voto por correo, no vuelvan a decir nada del voto  popular y de reformar el sistema electoral porque no les conviene. Además, para las elecciones legislativas quizá lo favorezcan,  ya que no tienen mayoría en el senado y en la cámara baja el número estará muy parejo, porque  no tienen la fuerza para cambiar algo en este sentido. 

 

-Sin embargo, a pesar de que Trump quería frenar el recuento de votos, la OEA no observó ninguna irregularidad… 

 

La OEA lo que hace es directamente no meterse. Hizo un informe muy poco serio que no dice nada y básicamente aclara que estuvo todo bien. En el marco de una elección tremendamente disputada y cuestionada ellos hacen de cuenta que fue una elección normal. Hay  un acuerdo tan explícito que no tiene jurisdicción  para opinar  sobre lo que pasa en EEUU. La OEA nunca hizo nada cuestionando a EEUU y no lo va a hacer, mucho menos si se trata de su sistema electoral. En definitiva,  se trata de como se constituye dentro de la OEA misma, donde EEUU tiene una posición privilegiada y está exenta de las obligaciones  como a  las que el resto de los estados americanos están sujetos, tanto  en materia de cristalización electoral como en materia de Derechos Humanos. A pesar de que  la Corte Interamericana de Derechos Humanos funciona en Washington,  EEUU nunca es observado ni sancionado. 

 

-¿Cambiará en algo la política exterior de EEUU con América Latina? 

 

Yo creo que vamos a ver una continuidad de la misma, con algunas excepciones como la relación con Bolsonaro. No digo que vaya a ser completamente problemática pero si va tener unos puntos de tensión. Con Cuba se espera que haya un cambio y una flexibilización en las relaciones, y si Estado Unidos quiere puede ser que se llegue a un final del bloqueo, pero habrá que ver, no es seguro. Respecto al resto de la política exterior de EEUU con América Latina  no van a haber grandes cambios, como por ejemplo Venezuela.  Incluso hasta algunos de los sectores mas centro progresistas  como Elizabeth Warren, incluso  públicamente apoyó el bloqueo contra  Venezuela, por lo que demuestran consensos bipartidarios en la política estadounidense con algunas excepciones,  y esta es una de ellas,  que la política hacia Venezuela y América Latina es correcta, y que EEUU debe seguir sosteniendo  a Duque y al Uribismo como aliado , tal vez confrontando  un poco contra Bolsonaro por la cuestión del  Amazonas en lo medio ambiental , pero sin romper esa alianza. Con López Obrador no creo que cambie mucho, ya que Trump tuvo una relación más o menos estable. No hay que descartar que puedan haber golpes de estado, porque pasó con Obama, con Trump y nada indica que no pueda pasar con Biden. Van a seguir con una agenda de América Latina militarizada con las mismas presiones contra los gobiernos populares y  los mismos intereses desestabilizadores. 

 

¿Cómo crees que será la relación particularmente con Argentina y cuanto influye la deuda externa y el FMI? 

 

Coyunturalmente el gobierno argentino como el de EEUU van a querer mostrar un gesto de acercamiento. Biden querrá recomponer las relaciones que Trump desanduvo, y calculo que Alberto Fernández mostrará cierta disposición para ese acercamiento, para mostrar que Argentina está contenta porque se fue Trump, pero la agenda y los intereses de EEUU en la región van a seguir siendo los mismos. En términos económicos y comerciales la agenda Argentina no es complementaria con la de EEUU, porque son dos países que tienen exportaciones muy similares en materia agrícola y ganadera. Biden no va a liberalizar sino que va a aplicar más proteccionismo y eso  no va a beneficiar a Argentina, con lo cual la ilusión  de tener mejores relaciones de ambos lados  no va a pasar a mayores. Respecto al FMI, veremos una importante continuidad de la política, ya que el mismo está  muy debilitado particularmente con la expansión del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. El FMI no gana si Argentina no renegocia su deuda y si vuelve a romper, porque esta  vez sí hay otras opciones como por ejemplo China para acceder al crédito  o al endeudamiento, con lo cual no es el mejor escenario del FMI, porque como cualquier banco e institución crediticia, en el momento  que todos los piases aportan, ya sea con  capital o tomando  deuda, cuando se retiran de esa institución, la misma desaparece.