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Un tribunal de justicia español sentenció que el hincha del Athletic Bilbao, Asier Herranz, tenía derecho de ondear una bandera de la República Popular de Donetsk durante un partido jugado en San Mamés. Por este hecho fue encarcelado y llevado a juicio.

Asier Herranz es hincha del Athletic Bilbao​ hasta el tuétano y como tal, la semana pasada, se sentó en el banquillo de los acusados de un tribunal español vistiendo la camiseta zurigorriak ¿Pero cómo fue que llegó hasta ahí? Hacia fines de octubre de 2022, Athletic Bilbao enfrentaba al Atlético de Madrid en San Mamés, en un partido jugado por la Liga Española, durante el que un grupo de hinchas locales exhibió banderas en apoyo a Rusia y el pueblo del Donbass.

Se trataba de hinchas vinculados a la izquierda abertzale que fueron desalojados por personal policial. Uno de ellos era Herranz a quien el club le prohibió el ingreso por dos años a San Mamés, mientras que el Poder Judicial español lo llevó a juicio acusado de portar la Bandera de la República Popular de Donetsk, algo que hizo para denunciar el apoyo de España a Volodímir Zelenski, pero también el de la Fifa que sin ningún pudor y en contra de su propia normativa interna, avala la posición del régimen de Kiev.

La Fifa no hace nada por ocultar la “estrecha cooperación” que la entrelaza con la Alianza Atlántica. Por eso es que ni lerda ni perezosa y en tándem con lo que resolvió la Uefa, se subordinó a la Otan y sin otorgar derecho a réplica, sobre fines de febrero de ese año, sancionó a la Federación Rusa de Fútbol, separándola de toda competencia internacional a nivel selecciones y clubes, lo que la eliminó del Mundial de Qatar.

Por convicción o pragmatismo, su titular Gianni Infantino, prefiere alinearse con la postura de EE.UU., a cuya Federación le sigue regalando la organización de copas internacionales y a cambio recibe carta blanca para ampliar la ronda de negocios de esta verdadera multinacional en que se convirtió la entidad madre del fútbol. En lo que atañe a nuestro país de esto va, en buena medida, la presencia de Mauricio Macri en su estructura más cercana y la reciente foto de Infantino con Javier Milei que cambio de una camiseta con su apellido impreso, promete avanzar en su proyecto de imponer las Sociedades Anónimas Deportivas.

Se trata del mismo Infantino que nada dijo cuando el régimen instaurado en Kiev tras el golpe de Estado de 2014, comenzó a perpetrar su estrategia de limpieza étnica en la zona de Donbass. Y, al tiempo que sanciona a los equipos rusos, nada hace contra los de EE.UU. y el resto de países de la Otan que, ahora mismo, proveen de armamento con el que Ucrania bombardea a la población civil de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk cuya bandera enarboló Asier Herranz en San Mamés. La buena noticia es que el tribunal que lo juzgó lo absolvió, pero también que recalcó que Herranz tenía derecho a ondear esa Bandera, por lo que fue detenido ilegalmente y, en tal sentido, impuso que las costas del juicio las pague la Ertzaintza, esto es, la policía regional de Euskadi que es la que lo detuvo.

Así las cosas, este fallo judicial pone en cuestión la posición que tiene España sobre la situación que se vive en Europa oriental, al tiempo que deja una puerta abierta a la reflexión sobre el papel que juegan los espacios de espectáculos deportivos como escenario de las batallas culturales que se disputan en estos tiempos. Y, así, un simple hecho de rebeldía tribunera, pero cargado de profunda significación política, se convirtió en un caso que trascendió las crónicas deportivas y que, con justicia, lleva a decir goazen Asier o “vamos Asier”, para los que nacimos por estos pagos.